ZAZEN
LA PRACTICA DEL ZEN
Si comprendéis que zazen es la gran puerta de la ley, seréis parecidos al dragón que se sumerge en el agua o como el tigre que se reencuentra con sus bosques profundos (Maestro Dogen, 1200-1253)La practica de zazen es el secreto del zen. Esta practica no nos fuerza a obtener algo. Sin finalidad alguna, es, únicamente, concentración en la postura, en el modo de respirar y conlleva una determinada actitud del espíritu. A través de la postura justa, significa tocar el espíritu puro, original, que existe en cada uno de nosotros y que a menudo esta oculto por nuestros pensamientos y por las tempestades emocionales que nos agitan.

LA POSTURA
Si alguien os pregunta que es el verdadero zen,
no será necesario que abráis la boca para explicarlo. Mostrad
simplemente todos los aspectos de vuestra postura de zazen. Entonces el
viento de primavera soplara y hara florecer la maravillosa flor del
ciruelo (Daichi Sokei 1290-1366)
Es importante comprender
los diferentes aspectos de la postura de zazen para no forzar el cuerpo a
una rigidez y a una inmovilidad contrarias a la fisiología natural de
cada uno. En la postura hay que encontrar, en la verticalidad, el
equilibrio entre la tensión y la distensión. La posición de la pelvis es
fundamental. Conviene sentarse en medio del zafu (cojín redondo),
bascular ligeramente la pelvis hacia delante y apoyar las rodillas en el
suelo.
Una buena posición de la
pelvis permite que la columna se yerga hacia el cielo sin crear
tensiones y permitiendo que la cabeza se coloque de forma natural
también erguida y con el mentón entrado. Los hombros, la caja torácica y
el vientre están distendidos, y ello permite una respiración libre y
profunda. Los ojos permanecen semicerrados. La mirada se posa a unos 45º
de distancia, pero esta volcada hacia el interior.
Los dedos de la mano
izquierda se colocan sobre los dedos de la mano derecha con las palmas
hacia arriba y en contacto con el abdomen. Los pulgares se tocan, de
forma firme y ligera a la vez, y constituyen una prolongación el uno del
otro, sin formar ni montaña ni valle.
Durante zazen la atención
permanece alerta, vigilante respecto a cada detalle de lo que uno
siente y también respecto a la respiración. Los pensamientos dejan de
encadenarse unos con otros. Aparecen, ya que esta es su naturaleza,
pero, si se mantiene la atención en la postura, desparecen sin dejar
rastro. Natural e inconscientemente la voluntad personal del ego deja de
agitarse. Solo existe el instante presente.
Es muy difícil ver uno mismo su propia postura y es muy fácil ilusionarse sobre la propia practica, por lo que conviene practicar en un dojo con otros practicantes.
LA RESPIRACION
Nuestra espiración es la del universo entero.
Nuestra inspiración es la del universo entero. A cada instante
realizamos asi la gran obra ilimitada. Tener este espíritu significa
hacer desaparecer toda desdicha y engendrar la felicidad absoluta (Kodo
Sawaki, 1880-1965)
Durante zazen la
respiración es esencial. Es tranquila y se realiza a un ritmo lento,
poderoso y natural. La espiración es larga y profunda. Los maestros la
comparan a menudo con el mugido de la vaca.
La inspiración, que es corta, viene de forma natural. Esta espiración lenta y profunda hace desaparecer las complicaciones de la mente. El espíritu deviene claro como un cielo sin nubes.
LA ACTITUD DEL ESPIRITU
Cuando el espíritu no se demora en nada, el verdadero espíritu aparece (Sutra del diamante)
De mismo modo que la
respiración justa solo puede surgir de la postura justa, la actitud
adecuada del espíritu trae consigo una profunda concentración en la
postura y en la respiración.
En zazen, las imágenes,
los pensamientos, las formaciones mentales surgidas del inconsciente
pasan como las nubes en el cielo y se desvanecen de forma natural.
Esta es la realidad de nuestra vida en unidad con el universo entero. Sin buscar nada ni evitar nada, uno aprende a conocerse a sí mismo y a armonizarse con la verdadera naturaleza de nuestra existencia. Se realiza una gran libertad interior.